lunes, 5 de noviembre de 2012

De Tejones y Cabrones


Hace unos días se difundió la noticia de que después de un juicio de 10 años, el gobierno británico estaba por dar luz verde a la primera matanza legal de tejones.  De pasar, la brutal medida permitiría la matanza de cien mil individuos en las áreas de Gloucestershire y Somerset, dando licencia a cualquiera de matar tejones siempre que usara los métodos "humanos" autorizados o bien dispararles.

¿Y para qué matar cien mil tejones? Pues por dos cosas, una porque supuestamente pueden acarrear tuberculosis bovina y pasarla a las vacas y dos porque pareciera que la única respuesta de algunos gobiernos, como el ucraniano y el inglés, ante un problema social es una masacre de animales.

La medida aunque ridícula e inútil, pues solo reduciría la enfermedad en un 9-16% en un período de nueve años, tuvo gran apoyo en el Parlamento y entre los granjeros, quienes yendo contra todo pronóstico y análisis científico y lógico, insistían que matar tejones era la única manera de controlar la tuberculosis bovina. El mismo Owen Paterson secretario ambiental británico dijo que la vacunación de las vacas y los tejones está fuera de cuestión y que no se hará hasta en muchos años o quizás nunca.

Ante esto cita prohibiciones inexistentes de la Unión Europea hacia la exportación también inexistente de vacas vacunadas.

Si bien los tejones pueden esparcir la enfermedad, el hacinamiento, las fallas higiénicas y la falta de vacunación son lo que genera que los brotes se esparzan, por lo que masacrarlos no garantiza una solución al problema a largo plazo.

Hoy la matanza de tejones ha sido suspendida hasta el próximo verano tras una avalancha de respuesta negativa del público, a través de redes sociales y manifestaciones, y una votación oficial de 147 en contra y 28 a favor.

Más de 150,000 firmas recolectadas en una petición online, y la participación de miles de manifestantes entre los que se encontraba el guitarrista de Queen Brian May, hicieron entrar en razón a los legisladores ingleses y puede que impulsen la investigación para encontrar soluciones a la BT que no involucren matanzas.
Esta historia tiene dos mensajes, primero que los legisladores tienden a saltar sobre la solución más sangrienta y anti-ética que se presenta si aparentemente es barata. 

Este caso es un ejemplo muy similar a la matanza de perros por la Eurocopa en Ucrania el año pasado y al vergonzoso exterminio del Lobo Mexicano a mediados del siglo XX. Pareciera que la indiferencia gubernamental es doble, no les importa ni la integridad de la fauna ni la solución real de los problemas que dicen combatir.

El segundo: que es deber del pueblo propinarles la debida y retórica patada en el trasero ya sea por medios electrónicos o manifestaciones en las calles con el fin de enfocarlos, o forzarlos a enfocarse en soluciones menos draconianas y más efectivas. Este caso demuestra el potencial de la protesta colectiva para reforzar la presencia del pueblo en la toma de decisiones y para ayudar, cuando menos un poco, a otras especies.
Así que recuerden, sigan firmando peticiones, atendiendo a manifestaciones y alzando la voz, cualquier participación es más útil que una inercia complaciente.

.C.