sábado, 31 de octubre de 2009

¡Cuidado en este Halloween!

Como ya sabemos la crueldad y violencia contra los animales en México son cuestión de todos los días, sin embargo en la festividad de Halloween, estas se incrementan considerablemente debido al anonimato que dan los disfraces y ciertas supersticiones que tienen como blanco especial a los gatos.

Por ello decidimos mencionarles algunas precauciones a tomar en cuenta para prevenir que sus mascotas sufran daños en las manos de los monstruos humanos que rondarán esta noche o por descuido:

-No deje a su gato fuera durante la noche bajo ninguna circunstancia.

-No permita que los niños compartan dulces con los gatos o perros, los caramelos pueden provocarles complicaciones y el chocolate en especial puede causar incluso la muerte en los gatos.

-Vigile a sus mascotas si sus decoraciones incluyen velitas encendidas.

-No lleve a las mascotas en su recorrido nocturno, el ruido, los extraños y los disfraces pueden causarles estrés y provocar accidentes.

Como mención especial, si tiene la oportunidad de alojar a un gato negro durante esta noche, no dude en hacerlo, pues son las víctimas principales de los ataques en esta temporada.

Atentamente

Equipo de Biocentrismo

Negra Suerte


Si usted, estimado lector, cree que se las ve negras con la crisis, la violencia y el derrumbe aparentemente inevitable del ecosistema, la sociedad y el espíritu humano de hoy día, lo invito a evaluar su situación de nuevo.


Piense en alguien que, durante siglos, ha sobrevivido persecuciones, matanzas y discriminación, además de cargar con un estigma ilógico que lo encasilla como un elemento social inferior, encarnación de la maldad y aún más, portador de una fortuna tan pérfida, que el sólo hecho de cruzar caminos con él o ella atrae la desgracia más abyecta.


Alguien quien, a pesar de su condición de ser vivo y sus servicios más que favorables a la humanidad, recibe el mismo tratamiento medieval de crueldad y odio, que se amplifica con la cercanía de las festividades de Halloween y el Día de Muertos.


Por supuesto me refiero al nunca bien ponderado gato negro. No obstante, si usted pensó que este sería un escrito sobre la victimización de minorías raciales humanas a través de la vergonzosa comedia que comprende nuestra gloriosa historia, no estaba tan lejos de acertar, pues el triste desenlace de cualquier persecución por odio es siempre el mismo.


Pocas criaturas han sido tan vilipendiadas y juzgadas tan erróneamente como el gato negro. Un odio y una matanza igual de permanentes sólo han afectado al lobo, otro de los enemigos políticos de la humanidad católica cuya paranoia destructiva no conoce fronteras de especie.


La ironía del asunto, es que la única mala fortuna que se asocia con los gatos, negros, blancos, marrones, manchados y multicolores, no llega cuando se cruzan en nuestro camino, sino cuando no lo hacen. Las matanzas medievales de gatos negros impulsaron la sobrepoblación de ratas en las grandes ciudades, lo que abrió las puertas y el camino para la Muerte Negra.


Al no encontrar resistencia en las ciudades indefensas, fortificadas con torreones y murallas, pero desprovistas de los excelsos depredadores que son los gatos, la peste bubónica montada sobre roedores, por poquito acaba con la humanidad en menos de un siglo, volviendo en diferentes ocasiones para azotar París y Londres en especial.


Extrañamente, en estas dos metrópolis la quema de gatos negros era casi considerada un deporte, y además de la masacre monumental de las pascuas, mensualmente los felinos eran quemados de a granel, junto con brujas, judíos, gitanos, disidentes políticos, niños con características faciales inusuales, ancianas, judíos convertidos al catolicismo, hombres de letras, astrónomos… en fin, una barbacoa tan vasta como el gusto de la inquisición y la indiferencia del populacho.


Hay recuentos de cacerías lideradas por párrocos, quienes apoyados por una turba enfurecida, barrían los callejones de gatos negros, sospechosos de brujería por su visión nocturna, agilidad, libertad y por la misma razón que la gente judía era considerada comedora de infantes: por default.


Desde el pueblerino medieval iletrado, pasando por el escolástico fascista, hasta la vecina que lanza piedras a los félidos azabaches, mientras grita aterrorizada, danzando como si mil cucarachas le trepasen por las piernas, nadie ha tenido jamás una razón lógica para matar un gato, ni siquiera una para temerle u odiarlo.


¿Qué daño puede representar para el ser humano, una criatura que además de combatir las plagas de roedores sirve de magnífico acompañante, amigo y es incluso un pequeño reactor energético que elimina el nocivo estrés, cambiándolo por un tibio sosiego?


Desde hace dos siglos hemos llegado a la conclusión de que la diabólica reputación del gato negro es tan falsa como la inferioridad de las mujeres respecto a los hombres y la diferencia de dignidad entre las razas del mundo.


Curiosamente, el asesinato brutal de gatos negros continúa, a la par del machismo y el racismo.


En tiempos de Halloween estos felinos, verdaderos supervivientes, ven incrementarse los peligros a su alrededor por cacerías, ya no lideradas por párrocos, sino por adolescentes, niños e incluso fanáticos ya maduros, quienes aferrados en perpetuar el dogma de la crueldad buscan, e incluso adoptan, gatos negros con el solo fin de provocarles sufrimiento.


He ahí, estimado lector, que lo único malo respecto a los gatos negros es su pobre fortuna, siempre provocada por la ignorancia y brutalidad tan conocida de nuestra especie. Si ya, habiendo reconsiderado su situación contrastándola con la de los felinos, aún se piensa desafortunado, deprimido y sin esperanza, puede adoptar un gato negro hoy mismo, para presenciar cómo, progresivamente mejora su ánimo, y por ende su suerte.


Hágalo, también, para salvar a un compañero ser vivo de un posible final violento e injusto, a manos del monstruo más terrible y destructivo que ronda el planeta en Halloween y todo el año: el ser humano.


.C.

martes, 27 de octubre de 2009

Más sobre los tiburones...


Cada año mueren 10 personas por ataque de un tiburón y alrededor de 200 millones de tiburones mueren por la mano del humano. Sharkproject

viernes, 11 de septiembre de 2009

lunes, 20 de abril de 2009

Tiburones en peligro

Me impresiona que en Animal Planet latino se atrevan a pasar películas como Tiburón o Anaconda, donde muestran de manera torcida a animales inocentes como asesinos. Los humanos mueren mucho más por accidentes automovilísticos que por el ataque de algún animal, es la propia estupidez humana la que acaba con nosotros y lo peor, con otras especies.

Deberían pasar películas-documental como Shark Water.


La situación en la que se encuentran los tiburones, como muchos otros animales es decepcionante.

¿Y para qué los humanos matan 100 millones de tiburones al año?

  • Aletas, para una sopa insípida
  • Dientes, para joyas
  • Quijada, para souvenirs de turista
  • Piel, para bolsos y cinturones
  • Cartílago, para cápsulas con "poderes" medicinales
  • Aceite de hígado, para cosméticos y productos para el cuidado de la piel

Aunque existan leyes que protejan a las especies, el tráfico de carne de ballena y de aleta de tiburón, entre otros son una realidad sólo porque resulta que comerlo en Japón y China es un manjar.

Esto resulta en una explotación desmedida, innecesaria y sin fines prácticos que demuestra como algunos comerían desde otras especies en peligro hasta excremento de perro y tumores humanos sin alguien les dice que son afrodisiacos.

Mientras ellos sigan comiéndolo, seguirá siendo valioso, pero si dejan de comer esto, su valor se reduciría. Lamentablemente, sólo unos pocos en el mundo tiene conciencia de que somos muchos humanos y cada vez más pocos animales.

Estos pocos construyen organizaciones admirables como Sea Shepherd, logrando cambios a base de estrategias consistentes y continuas. En ocasiones incurriendo en la satanizada acción directa, un método eficiente que sin embargo es rechazado socialmente e incluso por Greenpeace, como si interrumpir la matanza fuese catastrófico y como si los asesinos de animales les pidieran permiso para desollarlos.

"El miércoles 13 de junio del 2007, los Sea Shepherd y los operativos de la Policía Ecuatoriana del Ambiente encontraron 19,018 aletas de tiburón y arrestaron 4 sospechosos" nota de la página de Sea Shepherd.




El Decreto Presidencial 2130 de ecuador, registrado el 7 de octubre del 2004 dice:

Artículo 1: Específicamente prohíbe la exportación o el tráfico de aletas de tiburón nacionalmente, aún considerada su captura.

Artículo 2: Cualquier intento de exportar aletas de tiburón resultará en la inmediata confiscación e incineración

Artículo 3: Cualquier persona o entidad que trate de falsificar información en cualquier diario de abordo será perseguido por posible fianza o se le quitará la licencia de pesca.

Artículo 4: Prohíbe la pesca nacional de tiburón, incluyendo la importación de equipo destinado a pescar tiburones.

Y aún así, existiendo leyes nacionales, e internacionales, las pisotean y violan los derechos de los animales. Será que los gobiernos no tienen más poder que el dinero y mientras este se coloque por manos irresponsables en los mercados negros de la explotación desmedida y el consumo innecesario la matanza no cesará.



Fuente: Sea Shepard