jueves, 5 de marzo de 2009

ES LA GENTE muchas veces tan estúpida....

“Les disparé a unos gatos que se estaban metiendo en mi casa a robar comida” dijo. Podemos verlo así:

¡¿Qué les pasa a esos gatos que se meten a una casa ajena?! ¿Qué no tienen casa propia? JAJAJA…. O bien, sabemos que los gatos, al igual que los macacos en la India, son animales que buscan su supervivencia, no pensaron: “ñaca, ñaca, hagamos una maldad”. En la India, que existe más pobreza que aquí se honra y respeta a los macacos, ellos viven en las calles porque el hombre se ha apropiado de su territorio y no les queda de otra, más que aprender a vivir entre cables de luz, techos, fuentes; en vez de ríos y árboles. Los felinos son fueron domesticados por el hombre al igual que los lobos para ser animales de compañía: gatos y perros. Ellos co-existen con nosotros, o por lo menos lo intentan cuando los que fueron sus amigos y maestros los maltratan y destruyen.


No sabemos de dónde salieron los gatos que osaron tristemente meterse a casa de este hombre, podrían ser callejeros o de alguna casa, pero la verdad esto no importa ya que sería diferenciar el valor de un animal por su propiedad. ¿Acaso no es lo mismo un empresario que un vagabundo? ¿O acaso una vida vale mucho más que otra? Entonces regresamos a que si tu dejas un gran frasco de miel ¿qué impide que las abejas se acerquen a él? Podríamos simplemente taparlo y meterlo a la alacena, y problema resuelto.

“Es que se metieron por la ventana”, realmente hoy en día ¿porque no pones ventanas con mosquitero? ¡si tanto detestas los animales! Porque al rato no sólo gatos se meten, también muchas moscas, arañas, serpientes, palomillas, y si están muy cerca del monte… hasta un oso podría visitarlos. Entonces qué, ¿mataran a todo ser vivo que se aproximé?

Realmente no le encuentro lógica a dispararle a un ser vivo. ¿Por qué? Puede haber muchas razones o excusas, pero nunca ninguna mejor que “Se robaron mi comida porque dejo mi casa abierta a visitas pero no quiero que nada entre”.

Espero esto sirva como reflexión para todo aquel que haya pensado que un pobre animal pensaba hacerle algo, NUNCA lo hacen, sólo se defienden o buscan sobrevivir a este mundo despiadado. No son suficientes para los millones que somos nosotros, y cada vez quedan menos por nuestra culpa.


1 comentario:

TheVilCef dijo...

Excelente texto Beta.

En lo que a mi respecta, la gente siempre actúa estúpidamente. Y aunque este problema no nos remite a una deficiencia mental marcada en la mayoría de los casos, sí habla de insensibilidad patológica y problemas culturales muy graves.

La falta de bioética en casi todo el tercer mundo latinoamericano y aún en potencias "desarrolladas" como EE.UU. y la U.R.S.S. ha desencadenado catástrofes de escala histórica.

Son ejemplos la extinción del lobo mexicano, la explosión de Chernobyl, las pruebas nucleares estadounidenses, la destrucción de la selva amazónica y en general cualquier actividad humana en aras del progreso antropocéntrico, voraz por bíblico y prejuicioso.

La estupidez humana tiene su raíz en la ignorancia y esta en la pereza mental, la que a su vez inicia en el sentimiento de falsa superioridad y satisfacción que el hombre se ha creado a partir de las ideas de que está hecho a la imagen de "dios" y que la naturaleza está para servirle. Esto lleva a concluir que la estupidez como la necesidad de tener un ser superior que condone perdone y además recompense las imbecilidades que se nos ocurran, brota del MIEDO.

Quien jala el gatillo contra un animal, es además de estúpido cobarde. Teme que el animal le quite la comida, le robe la propiedad, le chupe el espíritu o traiga demonios tras de si. Teme y actúa estúpidamente, hace estupideces porque teme.

Es triste que este circuito nocivo mental pueda evitarse con unos pocos segundos de pensamiento, con un destello de empatía que los imbéciles suelen desperdiciar cuando lloran idenfiticados con los protagonistas de sus novelas favoritas.

Quizás sea mucho pedirles que lo hagan por sí mismos, aunque pareciera improbable en el siglo XXI, con tanta máquina y porquería tecnológica que nos limpian hasta el trasero automáticamente.

Por ello hay que seguir escribiendo para transmitir la conciencia, invitar a pensar un poco antes de actuar irresponsablemente, porque aunque el señor cura diga que la vida animal no es tan preciosa y divina como la humana, en verdad lo es, y cada muerte cuenta en el ecosistema natural hiper complejo que apabulla cualquier mito con su fascinante interconexión.

.C.